El frío pareciera ser el responsable directo que de inmediato suba nuestro consumo de energía eléctrica y, con ello, las cuentas. Nos gusta el agua de la ducha más caliente, las mañanas oscuras estamos hasta casi las 8am con las luces prendidas, usamos la secadora para la ropa y comenzamos a prender estufas en todas partes. Todo eso tiene un costo, que en esta época del año se manifiesta con más fuerza, sobre todo si escogemos calefacción con electricidad.

Según datos de Chilectra entre mayo-agosto del 2014 el consumo eléctrico en el área de concesión de Chilectra (33 comunas de la Región Metropolitana) aumentó aproximadamente un 20% con respecto a los otros meses del mismo año en el segmento residencial. Esto se debió, en gran medida, al incremento que ha tenido el uso de la calefacción eléctrica en los hogares.

De acuerdo al estudio de GfK Consumer Choices, durante abril-julio 2014, los equipos de calefacción eléctrica fueron preferidos por los usuarios de la Región Metropolitana, por sobre el gas licuado y la parafina. La venta de equipos de calefacción eléctrica en el área de concesión de Chilectra (33 comunas de la RM) alcanzó un crecimiento de 18%.

A julio del año 2014, en la Región Metropolitana se vendieron más de 250.000 unidades de calefactores eléctricos, haciendo muestra de su condición de equipos competitivos en cuanto a precio y calidad, además de no ser contaminantes, según fuente Chilectra.

Chilectra nos entrega el siguiente ejemplo de uso de calefacción con artefacto eléctrico

“Al utilizar un equipo Marca Pratil, modelo Tesla con potencia de 1000 watts, para calefaccionar hasta 20m2, en horario nocturno, aplicando la tarifa flexible -con un 30% de descuento- (es un servicio que ofrece Chilectra para residentes dueños de inmueble), el costo por hora de uso es de $66. No obstante, utilizando el termostato y sumado al horario de descuento de la tarifa flexible, cada hora de uso tendría un valor de $46. A un promedio de uso de 5 horas, (2 en horario normal, una hora en punta y 2 horas en horario nocturno) incluido el uso de termostato, totaliza un consumo mensual de energía de aproximadamente $9.358″.

“Para que se de esta fórmula hay que saber bien cómo usar los artefactos eléctricos para sacarle el mejor provecho posible, aunque su eficiencia siempre va de la mano de espacios pequeños. Cada tipo de estufa tiene limitaciones en cuanto a su potencia, lo que guarda directa relación con el calor que emiten. Las eléctricas van desde 900 a 2.200 W”, indica el SERNAC.

Asimismo, señala Chilectra, que al utilizar equipos de aire acondicionado para calefaccionar, se pueden conseguir ahorros de más del 50% respecto de otras alternativas, esto debido a que la tecnología de éstos hace que sean más eficientes para calentar el hogar.

Cabe destacar, que a nivel nacional, en el invierno del año 2014, el crecimiento en la venta de artefactos eléctricos para calefacción alcanzó un 16%, mientras que el de los otros energéticos solo llegó a 1%. Las ventas de equipos eléctricos en la Región Metropolitana representan el 52% de la comercialización de todo Chile.

Ventajas de la calefacción eléctrica

Según información que nos entrega Chilectra son las siguientes. En primer lugar, la calefacción eléctrica correctamente instalada garantiza la seguridad de uso. Por otra parte, es limpia, ya que no existen combustión, humos, residuos ni olores, por lo mismo, no consume oxígeno y no enrarece el ambiente.

Además, se puede programar y automatizar con gran sencillez. Tampoco exige instalaciones complicadas ni espacios dedicados a las mismas, tales como sala de calderas, depósito de combustible, chimeneas, entre otros. Finalmente, permite elegir la temperatura de cada habitación a gusto de cada usuario y tiene muy poco o nulo mantenimiento.

Costos de la calefacción eléctrica

Si bien tiene una serie de ventajas, el costo de consumo y el valor de los artefactos eléctricos siguen situándola dentro de un tipo de calefacción para cierta población, básicamente, la que puede adquirirla y pagarla.

Así lo manifiesta Cristián Bustos, Magister en Energía de la Universidad Católica: “Una familia vulnerable va a elegir las alternativas más económicas y usará la estufa en los momentos y lugares que necesite. Así, usarán estufas individuales (no calefacción central) que les permita enfocar el calor en los lugares que necesiten y usarán leña, gas o parafina (probablemente tecnologías menos sofisticadas). Por el contrario, una familia más holgada en recursos, elegirá tecnologías que satisfagan otro tipo de necesidades, como reducir la contaminación intra-domiciliaria, mejorar el confort térmico evitando gradientes de temperatura dentro de la casa (calor homogéneo) o mejorar la seguridad (evitar quemaduras)”.

“Prueba de esto es que los estratos socioeconómicos ABC1 usan tecnologías que son más caras en términos de inversión como la electricidad (reduce contaminación y mejora seguridad), la calefacción central (reduce contaminación, mejora confort y mejora la seguridad) y las estufas a parafina con combustión laser tipo “Toyotomi” (mejora la seguridad). Por lo demás, las familias del estrato socioeconómico más alto suelen tener un consumo mayor, lo que demuestra una menor necesidad por ahorrar”, agrega.

El Gobierno a través del Ministerio del Medio Ambiente está desarrollando un nuevo plan de descontaminación para la RM, el cual considera la incorporación de fuentes de energías limpias para el hogar, como la calefacción y el calentamiento de agua. Bajo este escenario, las soluciones eléctricas son una alternativa limpia, segura y eficiente.

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